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que dixieren a él de vós. Et fazed tan grant escarmiento en los que esta fal-
sedat cuidaren ordir, porque nunca otros se atrevan a lo començar otra
vegada. Pero si el amigo non fuere desta manera que es dicha, et fuere de
los amigos que se aman por el tiempo, o por la ventura, o por el mester, a
tal amigo como éste, sienpre guardat que nunca digades nin fagades cosa
porque él pueda entender que de vos se mueva mala sospecha nin mala
obra contra él, et dat passada a algunos de sus yerros; ca por ninguna
manera non puede seer que tan grant daño vos venga a desora de que ante
non veades alguna señal çierta, como sería el daño que vos vernía si vos
desabiniésedes por tal engaño et maestría como desuso es dicho; pero al tal
amigo sienpre le dat a entender en buena manera que, assí como cumple a
vos la su ayuda, que assí cumple a él la vuestra; et lo uno faziéndol buenas
obras et mostrándol buen talante et non tomando sospecha de l sin razón,
nin creyendo dicho de malos omnes et dando alguna passada a sus yerros;
et lo ál, monstrándol que assí como cumple a vos la su ayuda, que assí
cumple a él la vuestra. Por estas maneras durará el amor entre vós, et sere-
des guardados de non caer en el yerro que cayeron el león et el toro.
Al conde plogo mucho deste consejo que Patronio le dio, et fízolo assí, et
fallóse ende bien.
Et entendiendo don Johan que este exiemplo era muy bueno, fízolo escrivir
en este libro et fizo estos viessos que dizen assí:
Por falso dicho de omne mintroso
non pierdas amigo aprovechoso.
Et la istoria deste exienplo es ésta que se sigue:
El Conde Lucanor
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Exemplo XXIIIº
De lo que fazen las formigas para se mantener
Otra vez fablava el conde Lucanor con Patronio, su consejero, en esta
manera:
-Patronio, loado a Dios, yo só assaz rico, et algunos conséjanme que pues
lo puedo fazer, que non tome otro cuidado, sinon tomar plazer et comer et
bever et folgar, que assaz he para mi vida, et aún, que dexe a mios fijos
bien heredados. Et por el buen entendimiento que vós avedes, ruégovos que
me consejedes lo que vos paresçe que devo fazer.
-Señor conde Lucanor -dixo Patronio-, como quier que el folgar et tomar
plazer es bueno, para que vós fagades en esto lo que es más aprovechoso,
plazerme ía que sopiéssedes lo que faze la formiga para mantenimiento de
su vida.
Et el conde le preguntó cómo era aquello, et Patronio le dixo:
-Señor conde Lucanor, ya vós veedes cuánto pequeña cosa es la formiga,
et, segund razón, non devía aver muy grand aperçebimiento, pero fallaredes
que cada año, al tiempo que los omnes cogen el pan, sallen ellas de sus
formigueros et van a las eras et traen cuanto pan pueden para su manteni-
miento, et métenlo en sus casas. Et a la primera agua que viene, sácanlo
fuera; et las gentes dizen que lo sacan a enxugar, et non saben lo que dizen,
ca non es assí la verdat; ca bien sabedes vós que cuando las formigas sacan
la primera vez el pan fuera de sus formigueros, que estonçe es la primera
agua et comiença el invierno, et pues si ellas, cada que lloviesse, oviessen
de sacar el pan para lo enxugar, luenga lavor ternían, et demás que non po-
drían aver sol para lo enxugar, ca en el invierno non faze tantas vegadas sol
que lo pudiessen enxugar.
Mas la verdat porque ellas lo sacan la primera vez que llueve es ésta: ellas
meten cuanto pan pueden aver en sus casas una vez, et non catan por ál, si-
non por traer cuanto fallan. Et desque lo tienen ya en salvo, cuidan que
tienen ya recabdo para su vida esse año. Et cuando viene la lluvia et se
moja, el pan comiença de naçer; et ellas veen que si el pan naçe en los for-
migueros, que en logar de se gobernar dello, que su pan mismo las mataría,
El Conde Lucanor
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et serían ellas ocasión de su daño. Et entonçe sácanlo fuera et comen aquel
coraçón que a en cada grano de que sale la semiente et dexan todo el grano
entero. Et después, por lluvia que faga, non puede naçer, et goviérnanse
de l todo el año.
Et aún fallaredes que maguer que tengan cuanto pan les complía, que cada
que buen tiempo faze, non dexan de acarrear cualesquier erbizuelas que
fallan. Et esto fazen reçelando que les non cumplirá aquello que tienen; et
mientre an tiempo, non quieren estar de valde nin perder el tiempo que
Dios les da, pues se pueden aprovechar de l.
Et vós, señor conde, pues la formiga, que es tan mesquina cosa, ha tal en-
tendimiento et faze tanto por se mantener, bien devedes cuidar que non es
buena razón para ningún omne, et mayormente para los que an de mantener
grand estado et governar a muchos, en querer sienpre comer de lo ganado;
ca çierto sed que por grant aver que sea, onde sacan cada día et non ponen
ý nada, que non puede durar mucho, et demás paresçe muy grand amor-
tiguamiento et grand mengua de coraçón. Mas el mio consejo es éste: que [ Pobierz caÅ‚ość w formacie PDF ]